Batalla de Ayacucho
La batalla de Ayacucho, que tuvo lugar el 9 de diciembre de 1824, puso fin a la guerra de Independencia del Perú, por lo que se conmemora cada año en este país.
En ella, el Ejército Unido Libertador, comandado por Antonio José de Sucre, venció al Ejército Real. Lo que puso también punto y final a las guerras de independencia en todo el continente sudamericano.
A partir de entonces se da por terminado el dominio español en América del Sur, aunque España no renunció de forma oficial a su soberanía en estos territorios hasta 1836.
Causas de la batalla de Ayacucho: contexto histórico
José de San Martín había declarado la Independencia del Perú en 1821. Sin embargo, la guerra se había prolongado por más de tres años y en 1824, el virreinato del Perú era el último gran bastión del Reino de España en América del Sur.
Pero el ejército español estaba debilitado. Primero, por las pérdidas sufridas durante la invasión napoleónica de la península ibérica y después, por los constantes enfrentamientos dentro del propio país.
Esto provocó que el número de españoles en el ejército realista fuera cada vez menor. Mientras, los independentistas aumentaban sus tropas, no solo con peruanos, sino también con soldados llegados de la Gran Colombia.
A pesar de ello, los enfrentamientos se sucedieron por estos tres años, con victorias para uno y otro bando. Incluso, 6 días antes de la batalla de Ayacucho, el bando independentista había cedido ante un ataque de los realistas.
Hechos y desarrollo de la batalla
A primera hora de la mañana las fuerzas realistas se agruparon en lo alto del cerro Condorcunca, mientras el ejército independentista desplegó sus tropas en llano, en la Pampa de Quinua.
Ambas partes se reunieron antes de la contienda y hasta hoy han llegado algunas de las arengas de Sucre a su ejército.
"De los esfuerzos de este día depende la suerte del Sur de América. Este será un día de gloria que coronará nuestra constancia… ¡Soldados!: ¡Viva el libertador! ¡Viva Bolívar, salvador del Perú!”.
El objetivo de los realistas era atacar por el flanco derecho y por el izquierdo, acorralando a los independentistas. Pero estos aguantaron el envite y contraatacaron con refuerzos también por la izquierda, mientras se lanzaban contra el centro del ejército realista.
El resultado, tres horas después de iniciada la batalla, fue de casi 1500 bajas entre los realistas y la eliminación de toda su artillería. En el bando ganador, en cambio, se calcula que murieron alrededor de 500 soldados.
Consecuencias de la batalla
Tras la batalla se firmaron los Tratados de Capitulación, firmados por ambos bandos.
En ellos se otorgaba la victoria al Ejército Libertador y la Independencia del hasta entonces virreinato y del Perú y se establecían las condiciones de la paz.
Los vencedores se comprometían a pagar los gastos causados por la guerra y también los pasajes de regreso a España de los soldados vencidos. Estos tampoco perderían sus propiedades en el Perú y se liberaría a los capturados.
Sin embargo, Perú no pagó la deuda, lo que provocó un nuevo conflicto casi medio siglo después.
A título personal, la vida de muchas familias quedó también marcada por la guerra y por esta última batalla, pues la mayoría contaba con miembros en ambos bandos.
Quiénes participaron: personajes principales
Dentro del ejército libertador
Antonio José de Sucre. General del Ejército, quien comandó las tropas independentistas.
Agustín Gamarra. También general. Fue Jefe del Estado Mayor
José María Córdova. General al frente de la Primera División, con más de 2.300 soldados a su cargo.
José de La Mar. General al frente de la Segunda División, dirigiendo en ella a más de 1.200 soldados.
Guillermo Miller. General al frente del batallón de Caballería.
Dentro del ejército realista
José de la Serna. Virrey del Perú. Comandó las fuerzas realistas durante la contienda.
José de Canterac. Teniente general y Jefe del Estado Mayor.
Juan Antonio Monet. General al frente de la Primera División, con 2.000 soldados a su cargo.
Alejandro González Villalobos. General al frente de la Segunda División, con más de 1.700 hombres a su cargo.
Valentín Ferraz. Fue brigadier y comandó al batallón de Caballería durante la batalla.
Gerónimo Valdés. General al frente de la División de Vanguardia, con más de 2.000 hombres a su cargo.
